En marzo de 1968, hubo dos eventos de vanguardia artística que se llamaron mano de mandioca. El primero fue un "ejercicio" de Javier Arroyuelo en la Galería Lirolay, a la vuelta del bar Moderno. El volante con que se anunciaba, reproducido aquí, describe los detalles y colaboraciones.
El segundo evento, unos días después, al lado del Bar Moderno, fue presentado como una "muestra colectiva", de Javier Arroyuelo, Rafael López Sánchez y Mario Rabey Izq.
Estos eventos constituyeron el nombre mano de mandioca, que al año siguiente fue utilizado como nombre de una revista directamente relacionada con el sello grabador Mandioca la madre de los chicos, que había sido fundado en el tiempo intermedio.
El segundo volante habla de un antecedente anterior: un "drama inconcluso" e "inédito", con el mismo nombre, escrito por Rafael López Sánchez.
Esta secuencia aparece también narrada en las Contramemorias de Mario Rabey.
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